Ana se suicidó.
Resulta que Ana terminó después de algún tiempo con lo que quedaba de la relación con su ex. Un hombre aparentemente preparado y buen prospecto. Estuvieron juntos por mucho tiempo sin embargo tormentosamente terminó, o bueno, "terminó".
La separación oficial dio pie a "la relación después de la relación" o en otras palabras, una creciente obsesión que desarrollaron uno sobre el otro. Ella revisaba periódicamente el correo electrónico de él (sin su conocimiento obviamente) para conocer sobre sus planes, sus actividades y por qué no, sus amoríos. Él entraba a su facebook, su myspace, blogs y demás espacios virtuales donde pudiera si no controlarla, al menos saber de su vida.
Estas páginas de redes sociales, además de ser uno de los mejores aliados del ocio (sino pregúntenmelo a mí) representan un gran peligro para las relaciones amorosas. Chismes, fotos, comentarios y un sin fin de aplicaciones publicadas ahí encabezan hoy la lista de razones de pleitos entre enamorados.
En este caso, Ana era observada casi las 24 horas por el psicópata obsesivo de su ex. A Ana cada vez le costaba mayor trabajo no echar una miradita a los perfiles de Efraín (el psicópata obsesivo). Por eso hoy Ana lo decidió. Decidió suicidarse virtualmente. Terminar con su vida en la red. No más facebook, no más blog, no más mypace. Desapareció.
Ojalá todo fuera tan fácil como oprimir un botón de "Suprimir" y borrar así los sentimientos, los malos momentos e inclusive a una que otra persona. Pero como no lo es, Ana tendrá que seguir viviendo en la vida real los estragos de su relación. Pero bueno, al menos el ya no podrá verla...
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