lunes, 19 de octubre de 2009

Propuesta de ley: No a los anticonceptivos, el aborto y la inseminación invitro

Hace algunos días me entregaron en la calle un folleto donde se habla de una propuesta de ley que está en espera de aprobación en el Congreso Local, donde la finalidad es que se penalice la utilización de pastillas anticonceptivas, la “pastilla del día siguiente“, el dispositivo intrauterino y la inseminación invitro, así como el aborto,  que sería juzgado como homicidio calificado y alcanzaría una pena de hasta 10 años.

Investigando sobre este tema, me encontré con que un par de meses atrás los Diputados locales negaron terminantemente que existiera tal propuesta y reiteraron la legalidad del aborto en casos de violación, malformación y riesgo de muerte de la madre. Sin embargo, existe una impugnación que fue presentada ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación por parte de la Procuraduría de los Derechos Humanos de Baja California, con la cual se reitera que esta propuesta de ley fue en efecto presentada.

En este folleto que me facilitaron se habla sobre un segundo intento por algunos Diputados del PAN para aprobar esta ley aunque no se han hecho mayores comentarios.

Entiendo que hablar sobre aborto es meterme en camisa de once varas, así como entiendo también que es ya un tema del que se ha hablado mucho y es una cuestión meramente personal. Sin embargo, si ya hablamos de pastillas anticonceptivas, del dispositivo e inseminación invitro me parce que penalizarlas refleja definitivamente falta de criterio por parte de nuestros Diputados.

Aparentemente, las pastillas serían prohibidas porque en algunos casos pueden ser utilizadas como abortivas, sin embargo, es bien sabido que éstas son una de las herramientas más utilizadas por las mujeres para el control de natalidad, seguido muy de cerca por el dispositivo intrauterino. Me parece ilógico que no permitan las pastillas, ni el dispositivo y que luego no permitan el aborto. La única manera de controlar el nacimiento entonces sería la abstinencia. No podemos cerrar los ojos y pretender que esto sucederá, por el contrario, habrá más embarazos no deseados.

Por otra parte, tenemos el caso de la inseminación invitro. No veo por ningún lado la lógica que esto pueda tener, más que razones meramente religiosas y no debemos olvidar que quienes se encargan de hacer leyes deben tener el criterio suficiente para dejar de lado sus creencias y ofrecerle al pueblo de México un gobierno completamente laico.

En nuestro país y específicamente en nuestro estado hay miles de parejas con la incapacidad de la concepción de forma natural, pero que sin embargo, son personas dignas, con educación y con los medios para proveer de una buena formación a sus hijos. Es precisamente en estos casos donde se debe hacer uso de la tecnología de forma positiva para poder darles a estas personas la oportunidad de procrear y trascender con la formación de una familia.

Como mujer joven y preparada me parece definitivamente que esta es una propuesta retrógrada que anula e ignora los intentos de la mujer por hacer valer sus derechos.

No soy una mujer que se escuda en su género para victimizarme, ni mucho menos pretendo iniciar una revolución feminista, pero sí exijo que se respeten tanto mis decisiones como las de mis iguales. Aquí la cuestión no es si estoy o no a favor del aborto, sino es una cuestión de respeto.

Creo fielmente que cada individuo debe tener la decisión de hacer con su cuerpo lo que le plazca, y así también creo que una mujer debe tener el derecho de decidir si traer una criatura a este mundo bajo sus circunstancias es lo mejor o no. Definitivamente lo que menos necesitamos es más gente en la calle o más niños deprimidos que se convertirán en un futuro en gente atormentada y con deficiencias emocionales.

Todo esto tiene gran impacto en la sociedad y va mucho más allá del solo decir que “está bien” o “está mal”. Habrá que ver quién educará esos niños, bajo qué condiciones, quién los alimentará y bajo qué condiciones, pero sobretodo, quién cuidará de ellos y bajo qué condiciones. Aquí la realidad de las cosas es que legal o ilegalmente los abortos se practican, de una manera u otra la gente consigue los medios para “solucionar sus problemas”.

Una de los mayores deficiencias que radica tanto en las leyes como en los sistemas económicos y sociales es que en muchos casos se omiten ciertas condiciones que son determinantes, como en este caso, el hecho de tener a Estados Unidos en un lado.

Quienes recurren a la inseminación invitro, al no tener los medios para hacerlo en nuestra propia Estado, pues tan sencillo como en diez minutos cruzar la frontera, y ni se diga de las pastillas, el dispositivo y el aborto. Eso, si se encuentran en las condiciones de cruzar, sino lo harán clandestinamente como miles de niñas lo hacen día con día.

No podemos negar que estas cosas suceden y seguirán sucediendo, sin embargo, lo que sí puede hacerse es tener un control de todo ello y con esto asegurar la salud de muchas mujeres que por no contar con los medios ponen en riesgo su vida.

Tener hijos es una decisión, no una obligación y el control de natalidad es necesario y urgente, no sólo en nuestro Estado o en nuestro país, sino en el mundo. Fríamente, no necesitamos más niños en las calles que ni son felices, ni son productivos dentro de un sistema económico. La sobrepoblación es un problema real y muy grave.

Me declaro completamente en contra de esta propuesta de ley por las razones antes expuestas y los invito a hacer un análisis de situación, a hacer conciencia sobre las consecuencias que traería tanto su aprobación como su anulación, y entonces,  emitir un juicio y levantar la voz para defender sus creencias.

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